Ayer por la noche, en una céntrica calle madrileña, varios carteles pegados en la fachada de un edificio abandonado llamaron mi atención. Ahí estaba mi déjà vu. El mismo cartel que había visto de camino a mi antigua casa en Berna ahora decora las calles de las cercanías de Argüelles.
No sé si pensar que encima de ser cortos, el grupo de marketing de Democracia Nacional no tiene imaginación ni para crear un campaña propia. Me pregunto si ahora el SVP denunciará a esta gente por temas de copyright. Aunque la verdad no me extrañaría ver al Herr Blocher hablando de las relaciones cordiales y fraternales entre la extrema derecha suiza y la española.
Y todo esto me suena a un encuentro en la pequeña estación francesa de Hendaya.